LOS SIRVIENTES

Mi madre preparo rápidamente la mesa. Ya eran más de las doce del día y llegarían pronto  los hombres de la casa. Mi abuela picaba la última cebolla de la ensalada. La abuela ya había pasado  largamente los 80 años. Ya era oficialmente sorda, pero tenía una extraña habilidad para escuchar  los autos de mis tíos. Mi madre esperaba los llamados, las quejas de mi padre, los pedidos absurdos de los visitantes. Redención. Eso era mejor que una medalla. Una flor roja, un recuerdo era mejor que el amor y la libertad.

NO QUIERO NADA DE TI

No quiero nada de ti. Ya has hecho suficiente. Detente ya estoy hasta el cuello y tú me vendes cuellos me vendes despeñaderos dulces y una independencia demasiado cara. Quiero nadar en la superficie.

LA JUNTA

Estábamos tan contentos de ver a Rodrigo. Había engordado un poco, como todos nosotros, pero algo lucía diferente en el. Tal vez fue la camisa roja, o el tatuaje con nombre de mujer en el brazo. Lo cierto es que no nos imaginábamos que justamente él, al que le hacíamos cachamales, raspa cacho, paipazos y las entrañables patás en la raja, se había convertido en el goleador de la selección. Por un momento nos tragamos nuestros recuerdos y lo saludamos uno a uno, en fila. Éramos el equipo visitante.

UN METRO DE CIELO

El cielo era ciego, blanco y perdido. Me dijiste que lo olvidara, que buscara alguien “de acuerdo a las circunstancias”. No entendí y preferí llorar en el carro del metro. Me pasé una estación para tentar a la suerte. En una de esas...

TEMPLO VOTIVO

Como una especie de Godzilla, se ve desde mi ventana, se ve cuando compro en el mall, cuando pago las cuentas, cuando tomo la micro, cuando riego las plantas.
Me preocupa que algún día tomé vida, y conquiste la ciudad.

CHILEAN CHILDREN

Yo tengo un recuerdo muy fresco aún hoy... Llegamos con mi polola de entonces y un amigo cerca de las 14 hrs. Ya había una fila larguísima que seguía por el costado del Estadio Chile (todavía se llamaba así), Había un cartel en lo alto que decía que luego vendría Peter Murphy. Se hacía un nudo en la garganta a medida que nos acercábamos a la puerta de acceso, se escuchaba como las entradas eran ¡cortadas a la mitad! muchos quejidos al ver el recuerdo semi destruido...Entrar al estadio y la euforia era visible, había mucha ansiedad. Quedamos como en el medio de la cancha, yo sobresalía un poco porque mido 1,90, Y salió Mozz y una marea...luego cada uno tuvo su espacio, canté todo...con mi amigo nos abrazamos y no la podíamos creer...mi polola ...se fue a sentar atrás...pero dio lo mismo...era la experiencia de nuestras vidas. Cansados y felices salimos, compramos una bebida de 2 litros y la tomamos en la iglesia a la entrada de Cumming, fantaseando que Morrissey atesoraría aquella accidentada noche tal como lo haríamos nosotros...sus chilean children

CASTELLANO ANTIGUO

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